Una victoria sin sufrimiento no es una victoria, es un paseo por el parque. Llegar a los puestos más cotizados por los equipos no es fácil y poder ascender de esta liga tan complicada tampoco. La competición es complicada porque muchos equipos tienen prácticamente los mismos puntos, cualquier fallo conlleva una sentencia sin perdón. Y, como todo en la vida, una victoria sin caídas, sin gritos ni lagrimas no es una victoria que se precie. El sufrimiento es un carácter innato de un buen logro.
El San Pedro, tercero en la liga, a cuatro puntos de nosotros logró empatar el partido de la semana pasada. Sí que es cierto que hubo ocasiones para ambos contendientes, además ocasiones claras. Sin embargo, durante los 90 minutos la hegemonía fue para el FC Odisea, que logró sobreponerse en cuanto al juego pero no consiguió convertir. Los nervios aumentaban tal y como el marcador avanzaba. Cerca del minuto 90 el balón volaba de un campo al otro, irónicamente, la pelota acabó en el medio al pitido final.
Y como un golpe que deja a un boxeador en la lona, el FC Odisea se postra con los guantes puestos. No obstante, antes de que suene la campana hacen falta diez segundos, diez oportunidades de volver a levantarse. Así que impulso hacia arriba, manos en guardia, ahora cada golpe es una final.
